martes, agosto 09, 2005

SEGADOR DE RECUERDOS

Ahí estaba esa sonrisa y esa mirada de niño,
las tomé rápidamente,
alcancé a guardarlas en la bolsa de mi camisa.

Allá, a lo lejos, descubrí un rastro de inocencia,
no pude alcanzarlo,
y me quedé sólo con su aroma de flores blancas.

En aquella esquina un primer beso,
que siempre busco a la vuelta de cada noche,
y nunca lo encuentro.

Cerca está mi calle, o ¿ya no es la mía?
en donde dejé presencias... fantasmas... evocaciones...
me pregunto cómo, cuándo, porqué.

Es mi ciudad anónima, bella y fría,
era mi ancha casa,
me mudé y ahora los inquilinos son otros.

2 Comentarios:

Anonymous Anónimo dice...

Bueno no quería comentar todavía que estoy en mitad de los archivos, pero te pedí leerla y me la enviaste... y acá estoy.
Vos te comparaste con lo que dice Gelman. Te sentís un etranjero en tu propio DF, se acabó el amor allí?
Hay la nostalgia de lo vivido, están los fantasmas que se meten debajo de la piel.

Es tu lugar en el mundo ahora Guanajuato? Sos su huésped allí?
Te aloja cálido?

Un beso enorme

3:48 a.m.  
Anonymous Anónimo dice...

Querida Mar:

En realidad nunca llegué a sentirme extranjero en el DF, al contrario, el tiempo que viví ahí, casi 30 años, era el espacio conocido, querido... simple y sencillamente un día algo se rompió, no fue el amor ni el desamor... ya no me sentí en casa.

Y sí, Guanajuato es mi hogar, es como si siempre hubiera vivido aquí, cuando salgo de viaje, cuando regreso y "cruzo" el límite donde inicia el estado, es como si ya estuviera en mi territorio, es una sensación de pertenencia.

Como si nunca me hubiera alejado tantos años.

En realidad no me siento como un huésped, sino como el dueño de casa, el anfitrión.

Pero fueron tantos los sueños y los recuerdos, que todavía ahora, mientras escribo esto, no puedo dejar de pensar en las cosas que se quedaron ahí.

Tú me entiendes.

Otro beso del mismo tamaño para ti.

10:32 p.m.  

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