miércoles, abril 05, 2006

MARIPOSA NEGRA EN PRIMAVERA

Hoy, hace rato, ella vino a verme.

De nuevo, con esa sonrisa que sólo en su cara luce tan bien pero que no puedes aprehender, me dijo entre desolada y seria, con los ojos transparentes: “por qué ya no me hablas como lo hacías, por qué siento que me odias, por qué me tratas así…”.

Por un momento, un ligero instante con alas rosadas y negras, llenas de tornasol, me quedé callado, pero mis manos hablaron de manera despiadada por mí, también mis hombros y mi aliento, y es que seis meses evitando mirarla pero haciéndolo disimuladamente, esquivándola, sonriendo sin sonreír al invocarla, indiferente, se esfumaron en la nada.

-No sé… no entiendo, no sé de qué me hablas- fue lo primero que se me ocurrió.

Pero sí lo sabía. Aún estaba… aún está fresco en mi, en cada pedazo de esto que soy yo, en estos poros que se desarman y caen y ruedan y supuran y vuelven a transpirar frío, hiel, en esta carne que debería estar pudriéndose pero que palpita todavía como un cadáver viviente, aquí, en la mitad de lo que soy, en esta parte que piensa sin sentido, exactamente en este lugar, aquí, sigue ella aunque tenga la mirada extraviada.

Cuando abrió la boca y de su interior salieron esas palabras, yo supe, otra vez lo volví a sentir, ahora lo sé de nuevo, y es que ya lo sabía, estaba latente el virus, que ni los meses, ni la distancia, ni las paredes frías y las miradas con los ojos bajos, ni cualquier otra cosa evitarían algo que sólo yo sé, y que conocí al juntar esas cuatro letras como una desgracia, como una fortuna.

¿Era necesario cruzar de nuevo esa puerta con preguntas? ¿No era mejor mantenerla cerrada?

Después le dije aquello que quise enterrar, eso que se había agazapado, que permanecía oculto tan bien, al menos así lo creía, y el muerto que estaba en mi interior comenzó a levantar las manos, sus órganos empezaron a reconstruirse, fue como estar en una crisálida simplemente acurrucado, inerte, listo a desplegarse, pendiente de la llamada de esa voz.

Y ese muerto ahora está vivo y gime, suplica, tiene deseos, quiere alimentarse de ilusiones, no importa que sean falsas, que sean vedadas.

Con sencillez, sin traba alguna, sin pena, con una sonrisa desnuda, con los ojos humedecidos, le dije a la sacerdotisa del amor lo que quería escuchar.

No era desinterés, no era odio, no era otro cosa que un mal entendido, no era ni siquiera indiferencia, lo sabía, era claro y a la vez oscuro, pero también era imposible, esa mariposa negra que una noche de octubre había llegado junto con ella, nunca pudo llevarse mis temores, nunca logró borrar de la realidad la verdad que brilla en las incertidumbre, que destella cegadora y te detiene, te frena, te hace cobarde y te hace herirte a ti mismo para no herir a los demás.

Estaba enamorado pero perdido, sin remedio alguno, sin nada que hacer, sólo a la espera de… a la espera.

Esta vez, al escucharme, ella no sonrío, no intentó brindarme quimeras, ni el brillo de sus ojos fue el mismo, el pergamino que tenía en sus manos estaba en blanco, sin respuestas, sin ninguna palabra para mí.

Sólo me miró unos segundos a los ojos y en ellos tampoco vi nada, entonces agaché la cabeza y pude comprobar que no tenía lágrimas, comprendí que la había perdido, que ya no podría adorarla, que se había ido.

Al final, después de un instante como el peso de unas horas, percibí el suave aleteo de una mariposa negra en la cueva donde usualmente habito, ahora no se detuvo… salió por el hueco de la entrada, salió, dejándome con las imágenes de ella, con los idénticos miedos, con tantas preguntas, con todo lo que ahora guardo en mi exterior, con tantas cosas.

Y lo peor era saberlo y no poder hacer nada y menos a mitad de la noche en pleno día.

9 Comentarios:

Anonymous Anónimo dice...

Deja volar a la mariposa, mi dulce Ce... y serás tan libre como ella.
Somos nuestros propios carceleros.
Sólo nosotros tenemos la llave.
Lástima que se nos pierdan en medios de fuertes latires.
Recupera tu paz.

(Y quizá lo que dejo escrito aqui sea para reencontrarme por si me pierdo en el ccamino, quién sabe no?...

Vos sabés...

Un abrazo inmenso.

3:59 a.m.  
Blogger cieloazzul dice...

a veces las mariposas requieren de un ligero vuelo por el aire... remontar vuelo y quizá volver... eso no sería lo importante, sino que su vuelo sea alivio para el hueco que la encerraba...
Muchos besos Ce...
ánimo:)

2:30 p.m.  
Blogger Laura Martillo dice...

Un cuerpo exanime, un corazon agotado...no comprendo a las mariposas negras, no comprendo al dolor pero convive entre nosotros como una presencia invisible que te aguijonea y te vuelve a la vida.

Un abrazo Ce, espero puedas aceptarlo.

8:11 p.m.  
Blogger aus dice...

perder el reflejo de nuestra mirada en sus ojos... no hay palabra para esta desolación, simplemente te abrazo.

11:49 p.m.  
Anonymous Anónimo dice...

Vaya que lo sé, vaya que entiendo bien lo que me dices querida Palabras, y no me opongo a que pueda o no pueda emprender el vuelo, pero es el temor y el deseo que se combinan.

Y para qué rayos quiere alguien la libertad a solas, a ciegas???

Ser prionero de uno mismo.

No te preocupes, también entiendo lo otro, lo que queda oculto entre líneas, y ya sabes que aquí tienes la llave, puedes dejar lo que gustes.

No pasará nada.

Un besazo.

************

Mi Cielo, lo que no me queda claro es que hace uno con tanta incertidumbre, con tanto azoro, con ese desamparo que sientes cuando no sabes cómo responder, cuando algo que se había ido, o eso pensabas, vuelve y vuela de nuevo.

Es extraño, antes no entendía a las mujeres y ahora tampoco entiendo a las mariposas, como tampoco lo hace Laura.

Gracias por darme ánimos y tantos besos, me hacen mucho bien, recibe los míos con afecto.

**********

A ti te acepto todo Señorita Martillo, amiga Laura, y no me digas que no comprendes tampoco a las mariposas y al dolor, no te lo creo, he leído algunas descripciones tuyas en relación al segundo tema que me dejas inquieto por la percepción.

La claridad, la transparencia.

Y sobre las mariposas negras, te pediría como favor que leyeras un post anterior con ese título, está en septiembre, es como la primera parte.

Te mando un abrazote sin pedirte permiso, estoy seguro que lo aceptarás.

*********

Recibo tu abrazo y tus palabras con cariño, hermosa Aus, estoy seguro que sabes lo que significa perder ese reflejo.

Cuídate mucho.

3:06 p.m.  
Blogger cieloazzul dice...

CE,
Que las mujeres somos como las mariposas, cuanto mas vuelo llevamos cara al viento necesitamos volver adonde inicia nuestro vuelo, tampoco sé por que.. pero sucede..
Y en cuanto a que hacer?... bueno supongo que confiar en que todo vendrá con mejores sonrisas y con más alegrias, por que mereces:)
Muchos besos... muchos más:)
feliz finde querido:)

7:37 p.m.  
Blogger Laura Martillo dice...

Hola,
he venido aqui porque no se a donde ir, por un momento me ha parecido un rinconcito calido en donde puedo dejar de pensar en todo y dejar de dolerme por dentro. Deberia colocar esto en mi blog, exiliarme alli como suelo hacerlo, pero esta noche me siento tan sola, que decidi buscar a alguien a un extraño, a aun amigo, no lo se...tal vez solo a alguien que tenga la capacidad de sentir sin preguntar nada ni darme las tipicas palabras de aliento que jamas funcionan.
Perdona por haber venido, solo necesitaba un refugio, supongo que no fue buena idea. Ahora esta vacio.
Laura

12:20 p.m.  
Anonymous Anónimo dice...

Linda Cielo, confío en que vendrán mejores cosas, pese a todo, pese a las cosas que primero se juntan para que pienses lo contrario.

Si lo merezco no lo sé, si merezco que personas como tú me den ánimos es algo que me maravilla, y que me emociona, gracias, de verdad por todo, es necesario, ya habrá oportunidad de demostrarte mi afecto.

Muchos beso de finde, muchos besos, con una sonrisa a medias, espero que me comprendas.

***********

Fue una buena idea Laura, no pienses lo contrario, fue muy buena idea tenerte aquí, llegué después, no había manera de conectarme, no había manera de verte a mitad de la noche, con un cielo negro de San Luis cayéndome a plomo.

Pero ya estoy por acá, todavía lejos, sintiéndome igual, tal vez que tú, pero esa necesidad es la misma, y disculpa si no te doy palabras de aliento, si sólo te envío un abrazo.

Nunca vamos a dejar de dolernos del todo, pero eso no importa, es una forma de saber que estamos vivos, enteros, dispuestos a los que viene y a lo que sea.

De verdad que no fue mala idea, no lo fue, me has levantado el ánimo, ojalá que yo hiciera lo mismo por ti.

Recibe todo mi afecto.

9:03 p.m.  
Blogger Rain (Virginia M.T.) dice...

Ce, las mariposas negras me parecen hermosas, las más hermosas.

Negras.

No sé cómo las ves tú.

Son tan extrañas.

Tanta calidez me abruma, debe ser que estoy algo mal. O no sé :)

Quizás sólo quiero miradas y si lo escrito pudiera transmitirilo. Ni yo lo logro a profundidad, creo.

Bueno, que eso no suene trágico....

Es un hemroso post, el tuyo.

Un gran salute.

11:55 a.m.  

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