viernes, abril 07, 2006

VIAJE A SAN LUIS

Este fin de semana salí, junto con Sian, mi hijo de 12 años, a San Luis Potosí, con el objeto de que él participara en el Primer Torneo Nacional de Tenis del 2006.

Para estar presentes en este importante evento pedí unos días de vacaciones y Sian faltó a unas clases, todo con el propósito de llegar con tiempo a la firma de registro, requisito indispensable un día antes del torneo, para poder ser considerado en el sorteo para la conformación del cuadro de juegos, el “draw”, como le dicen en este deporte.

Llegamos con suficiente anticipación y nos dio oportunidad de llevar nuestras cosas a un hotel cercano al club sede, por un momento estuve tentado a deshacer las maletas, pero era tanta nuestra emoción que no bien tiramos en el cuarto lo que llevábamos cuando ya habíamos salido rumbo al lugar donde se llevaría a cabo la firma y el registro de participación, así como el sorteo

Ambos nos sentíamos nerviosos porque en esta selección puede tocarte un jugador difícil, con más experiencia, y no queríamos quedar eliminados en primera ronda.

Sian se registró, le entregaron una playera conmemorativa, un manual y a los dos nos pusieron una pulsera de color brillante para poder ingresar a los clubes donde se jugarían los encuentros de las distintas categorías.

Después de esto nos fuimos a comer algo, ya era tarde y con las prisas y el deseo de llegar a San Luis, no habíamos probado alimento desde muy temprano.

En el restaurante se nos unió el maestro de mi hijo, y otro pequeño, compañero de él, de su misma academia, junto con su padre, y ahí pudimos compartir un poco el nerviosismo y el deseo de que todo saliera bien, fue cuando surgieron las frases de “ojala que nos toque alguien a modo, que no vayan a tener un contrincante fuerte…”, así hasta que nos fuimos a una cancha para que entrenaran un rato.

Al término del entrenamiento ya todos nos sentíamos desesperados por conocer el cuadro de juego, así que decidimos esperar en la sala acondicionada donde habrían de pegar en unas mamparas las hojas con los participantes en este torneo de calificación.

Pasaron largos minutos, más largos que los normales, y ya sin ganas de platicar, sólo a la expectativa, finalmente trajeron las hojas los encargados de colocarlas en cuatro distintos lugares, de acuerdo a las categorías correspondientes.

La gente se arremolinó entorno a las mamparas, pero ya Sian, y su amigo Diego, el otro niño, estaban en primera fila, empujándose con los demás, queriendo ser los primeros en conocer a sus rivales y el horario del día siguiente, en que habrían de jugar en sus respectivos encuentros.

Todavía flotaba entre nosotros el temor de que ellos dos se enfrentaran en primera ronda, pero no imaginábamos que ocurriría algo peor.

Tras un largo rato de ese enjambre humano, de niños y adultos, padres e hijos emocionados por saber, vi aparecer la cara larga de Sian, y sentí que algo malo había pasado.

Me dijo: “No estoy, no veo mi nombre, no lo encuentro”.

Yo no quise alarmarme antes de verificar, estuve repasando la lista una y otra vez, de arriba para abajo, leyendo cada apellido, cada nombre, como si con esta acción pudiera aparecer o cambiar el cuadro de jugadores.

No, no estaba en la lista.

En ese momento escuché que otros niños decían algo semejante a lo dicho por mi pequeño, que tampoco aparecían en el cuadro, en el “draw”, y me tranquilicé un poco suponiendo un error en la integración del rol de participantes.

Estaba pensando en eso cuando se acercó un arbitro con su gafete de organizador, y sin tomarme un minuto para analizar el problema, le grité que mi hijo no estaba, él sólo volteó y me dijo: “entonces no va a jugar, está fuera del torneo”.

No pude creer lo que con tal desparpajo salió de su boca, me dejó callado.
Justo frente a mí se plantó su maestro y me comentó todavía con una sonrisa, “no te preocupes, ven vamos a hablar con el arbitro general y responsable del torneo”, y yo también supuse que todo se arreglaría.

De nada nos valió rogar, reclamar, enojarnos, gritar, se nos comunicó que el reglamento del torneo era muy claro, ahí se señalaba que en caso de superar el número de participantes, esto, de acuerdo con su “ranking”, serían eliminados, y así quedó fuera Sian, así, de esta manera.

No había nada que hacer.

Todavía tuvimos que despedirnos de mano y agradecerle al desgraciado organizador su amable atención por explicarnos.

Camino al carro, me di cuenta que mi hijo iba llorando, mientras yo me tragaba mi rabia, ya era noche, no supe qué decirle, yo me sentía probablemente igual que él, aunque lo mío no era tristeza, era rabia, era decepción, coraje…

Ahora estoy escribiendo aquí en el hotel, mientras mi hijo duerme, pensando en esas palabras que me dijo por último el árbitro general del torneo:

“Mire, qué puedo decirle, ya ve como son tan desorganizados en este país, pero yo le propongo que se queje, que escriba una carta de reclamo a la Federación Mexicana de Tenis”.

Sólo pienso que todo esto es una mierda, es lo único que pienso y también una gran chingadera, y sigo viendo la playera del torneo en la cama, y yo que tenía temor de que le tocara un jugador más fuerte a mi hijo, no sabía que habría de enfrentarse a un sistema infame de des-organización deportiva y a un reglamento que no se preocupa por las lágrimas de los niños.

11 Comentarios:

Blogger Laura Martillo dice...

Oiga Ud. que la decepcion suya me ha tocado de lleno. Ver llorar a un niño es sentir que el alma se parte en dos por no poder hacer nada al respecto. siento su rabia, su indignacion, todo ese coraje...esa impotencia que solo se delata en lagrimas que los adultos guardamos bien hasta que un dia nos pudren.

Lo siento, mas que todo por Siam( que bello nombre para un hijo)pero ya le sabra enseñar Ud. que estos hoyos en el camino de la infancia solo nos ayudan a caminar con firmeza luego...Como si saber eso no shiciera doler menos, no?

Un abrazo.

12:17 a.m.  
Blogger Lety Ricardez dice...

Nada me preparó para los últimos párrafos de tu post. Entiendo tu indignación, no es para menos, pero a tí si te preocupan las lágrimas de Siam y estoy segura que antes de que el despierte, habrás sacado fuerzas de flaqueza y la serenidad necesaria para decirle las palabras que él necesita escuchar de tí.
Ni siquiera me atrevo a aconsejarte cuáles, se que tú las encontrarás.

Le dejo aquí a él un abrazo para un futuro campeón y esto me lleva a recordar que mi marido le regaló a mi hijo, cuando se inició en el beisbol un trofeo con su nombre, el mismo día que mi hijo se inscribió en el equipo. Por alguna circunstancia el no continuó en ese deporte, pero aún conserva con amor el recuerdo de ese hermoso detalle de su padre para con él.

Besos Ce

12:48 p.m.  
Anonymous Anónimo dice...

Estoy confundida, no sé ni describir lo que siento. Estoy rabiando y a la vez con un nudo en la garganta porque se la dedicación que siempre pones en todo lo que tenga que ver con tus hijos. Sé la ilusión tan grande que causa en tí cada logro de Sianito. Lo siento pero esta vez no se ni que decirte, te acuerdas de la primera vez que te tuve de visita pro mi tierra? que tenia a mi hijo en mi trabajo por necesidad y que un dia antes una tipa me lo habia corrido? esa vez yo dije llorando, que me hagan lo que quieran a mi, pero no a mi hijo. Amigo Ce, solo puedo decirte que te mando un abrazo muy fuerte.

10:47 p.m.  
Blogger aus dice...

Ce, trágico enfrentamiento de la realidad, ojalá hayas decidido quedarte unos días en San Luis para disfrutar al lado de Sian; abrazo para ambos y a darle un giro distinto a los obstáculos... Me cuentas qué paso finalmente.

10:26 a.m.  
Blogger cieloazzul dice...

CE,
Te leo y no sabes que rabia siento, como bien dices, por este puto sistema mediocre que tenemos tanto en el deporte como para el resto de lo que significa Educación y Desarrollo...y en el que por supuesto, los niños son tratados de la misma forma como los archivos muertos que encierran la historia del abuso y la IGNORANCIA.
Lo que mas me duele, es la sensación que queda en los niños, como mierda le explicas a un niño que su ilusión, su preparación, los días previos al sueño de no dormir, la disciplina, el entusiasmo que uno mismo como PADRE les impulsa y les alimenta, que " hoy no por que a estos h. de P, les quedó grande la organización...", " lo siento hijo, yo me siento igual que tu" y no, nadie se debe sentir peor que esos pequeños que con toda la inocencia que bien nos hace falta a los adultos viven y se forman aquellos valores que han de hacerlos destacar en la vida...
Lo que el arbitro dijo deberías hacerlo, sé que quizá no servirá de nada, por que igualmente en éste país los reclamos a la vida sirven para nada... pero más ya no se puede perder, envía la carta, has publico tu reclamo, exije, enseñale a Sian que nunca debe aceptar una derrota sin dar juego, enseñale, que cuando las adversidades se empeñan en querer tomarnos por la espalda hay que darles la cara y enfrentarlas con valentía y sin temores, que te reembolsen el dinero que seguramente ese si quedo dentro del JUEGO y de la contabilidad de forma oportuna (obvio),
Dale a Sian la aventura de marcar la diferencia, de ganar el ultimo set a lado de su mejor entrenador...
" LA VIDA".
y venga, busquemos un torneo mas, no dejes pasar mucho tiempo para que el olvide ésta mala experiencia...
PD, Tengo un niño de 11 años que juega futbol, y sé lo que es que por depender de " el sistema" te quedes con las ganas de romperle la cara al que usa el silbato y se lleva la mayor ganancia en aquello de los torneos deportivos.
Muchos besos CE, y perdona mi extensión, pero creeme que comparto contigo éste mal momento.
Besos para ti y Sian..

6:26 p.m.  
Anonymous Anónimo dice...

Qué puedo decirte querida Laura, veo que tienes un corazón así de grande, espero cosas buenas de este tipo de decepciones y no amargarme más de la cuenta, incluso ahora, unos días después, ahora que se ha secado el lodo, es más fácil de limpiarlo.

No me alegra que te haya tocado de lleno esto que nos pasó, pero me emociona saber, comprender, sentir que esta historia personal, nos puede permitir limpiar esas lágrimas con palabras para evitar, como bien señalas, que se pudra nuestra alma.

Gracias por el abrazo, gracias por tomarte tu tiempo, créeme que estos días los estoy aprovechando para leer, para leerte.

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Señora Lety, doña Lety, amiga Lety, si me lo permites, ya visité tu casa, ese rincón adorable que tienes, con todas sus habitaciones, ya estuve ahí.

Me gustó mucho lo que hizo tu esposo con tu pequeño, que imagino ya todo un hombre, y voy a imitarlo, me parece un detalle hermoso.

Disculpa si no preparé el camino para esa frustración que tuvimos mi hijo y yo, y que con egoísmo compartí en este espacio, en estas ruinas.

Pero así como Sian necesitaba unas palabras, así también me sentía yo en ese instante y afortunadamente llegaron, no cabe duda que gente como tú me bendice con su presencia, porque a pesar de todo y de que no soy una persona religiosa, creo en el amor y en la amistad.

Te regreso los besos y el abrazo ya se lo dí a mi campeón, aunque no juegue y esté en el último lugar del ranking.

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Ausente La Rosy, hace tiempo que no venías pero ya estás aquí, tienes razón, cuando pasan cosas así, uno se queda petrificado porque eso no depende de ti, de lo que hagas.

No comparto aquello de que lo lastimen a uno y a los hijos no, sería genial que nadie saliera herido y menos en situaciones donde el sentimiento debería estar entregado en la cancha, en la competencia entre iguales.

Pero comprendo bien lo que expresas, y con gusto recibo tu abrazo.

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Oye Aus, por qué la realidad debe ser así, no entiendo ese enfrentamiento como parte de la vida.

Me queda claro que nosotros buscamos muchas veces en la ficción lo que no encontramos en esa realidad, ese deseo, esos deseos, y lo plasmamos en palabras, pero, por favor, al hacerlo también intentamos transformar esa realidad en otra, que sea de carne y hueso.

No, no quisimos quedarnos en San Luis, salimos muy temprano de ahí, todavía enojados, resentidos, incluso con la Ciudad, como si ella fuera parte de los errores humanos, pero ahora Sian está en la playa con sus abuelos, con su hermana, olvidándose de las cosas malas y reencontrándose con las buenas.

Ya está listo para su próximo torneo.

Y yo estoy listo para enfrentarme con la realidad y para intentar cambiarla.

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No te disculpes Mi Cielo por nada, y menos por la extensión, menos por eso, que disfruto mucho leerte, al contrario, yo sería el que tendría que pedir perdón, por hacerte rabiar, por hacerte compartir mi enojo.

Sigo pensando que la vida es bella, tiene sus cosas y eso lo sabemos, pero abunda lo bueno, y si no que carajos hacemos todos.

Mira, tienes razón, la peor parte la llevan los pequeños cuando tienen un desencanto. Hace mucho, antes de ser padre, yo escuchaba por ahí, y sigo escuchando en quien no tiene esa dicha, que no debemos ocultarle nada a los niños, que de una buena vez sepan lo que es la vida, con sus amarguras, con sus problemas, pero yo no lo creo así.

Tal vez por eso disfruté tanto esa hermosa película italiana.

Y sí, ya hice la carta de reclamo, mañana tengo cita con un funcionario de la Federación, y no pienso ir a gritar, pienso ir con ideas para que una cosa así, como le pasó a Sian y a tantos otros no se repita.

¿Habrá resultados positivos? No me voy a atormentar por eso, sólo haré mi parte, pero eso sí, jamás cometeré la torpeza de debilitar el espíritu de mi hijo con mi propio desaliento ante la vida.

Te mando muchísimos besos Cielo, gracias por todo, en verdad me hace mucho bien que hayas llegado con tu azul deslumbrante.

12:11 p.m.  
Blogger cieloazzul dice...

y tienes mucha razón CE, es verdad eso que dices, hablarle a los niños con la verdad no sólo los prepara para tomar decisiones a la hora de enfrentarse con éste mundo tan revoltoso, sino a buscar sus propias alternativas y soluciones...enfrentarse a sus propias consecuencias y sentirse acompañados y respaldados por quienes los amamos...
De cualquier modo me gustaría saber que logras con tu carta, y sobre todo saber que Sian recupera el entusiasmo y olvida el mal rato con buenos momentos:)
Muchos besos querido mio:)

12:49 a.m.  
Anonymous Anónimo dice...

Aunque no pueda hablarte,ni comentarte hoy; aunque creas que no estoy, no es así.
Ya te escribiré, ya hablaremos de la ausencia de los ecos, de cuando los sueños son inevitablemente sólo descenso...
Sólo quiero dejarles un abrazo a los dos.
Vos sabés.

Un beso enorme.
M.

1:41 a.m.  
Blogger Rain (Virginia M.T.) dice...

Desolados niños y rabia .
Este tipo de arbitrariedades joden extremadamente y si algo bueno se saca es fuerza, En vez de debilitarse, fuerza. Y coraje, y más ganas para otro Torneo. Seguir preparándsoe para demostrar lo que uno vale.


ESO.

12:34 p.m.  
Blogger Laura Martillo dice...

Querido Ce ¿ por que es tan difícil visitar el pais maya? ¿ por que los peruanos necesitamos una visa y vacunas para todo? Es tan cansador el trámite...Es viernes y debería estar reflexionando, pero no puedo. tengo tanto en la cabeza, en el corazon y en el alma!

12:09 a.m.  
Anonymous Anónimo dice...

Gracias Cielo, por pasar antes de irte, ya leí que andas en tierra extraña, de verdes pastos y mecánicos sueños, ya te contaré de todo, pero sólo te anticipo que ya regresó el entusiasmo.

Ya está de nuevo entre nosotros, ya está aquí.

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Querida M, ya sé que estás y no estás, la bronca es que tus silencios con palabras me dejan con más inquietud, en verdad deseo que todo vaya bien.

Te mando uno muy grande, y que todo salga de maravilla, sólo eso.

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Oye Vir, he disfrutado leerte, y te juro que podría llamarte, si no te molesta, la "Chica Niet", y sí, hay frustraciones de las que debes hacerte más fuerte, pero no que se te haga una coraza, sino un libro de argumentos de razones, para hacer frente a las cosas como esas.

Un abracillo afectuoso, y si no te gustan las palabras dulces, les pondré un poco de sal para ti :)

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Me parece que te comprendo querida Laura, creo que te conozco aunque sólo te he visto con ese vestido que lo forman tus letras.

Pero ya me he tomado varias tazas de té contigo, incluso he podido verte desnuda algunas veces, no tantas como yo quisiera, y te he abrazado también.

Olvídate de esas reflexiones de fin de semana, y eso que tienes en el corazón, en la cabeza y en el alma sigue compartiéndolo como lo haces, no dejes de hacerlo.

Te mando muchos besos, ya estoy de regreso, pronto pasaré a verte.

11:59 a.m.  

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