NOCTURNO EN QUE NADA SE OYE
En medio de un silencio desierto como la calle antes del crimen
sin respirar siquiera para que nada turbe mi muerte
en esta soledad sin paredes
al tiempo que huyeron los ángulos
en la tumba del lecho dejo mi estatua sin sangre
para salir en un momento tan lento
en un interminable descenso
sin brazos que tender
sin dedos para alcanzar la escala que cae de un piano invisible
sin más que una mirada y una voz
que no recuerdan haber salido de ojos y labios
¿qué son labios? ¿qué son miradas que son labios?
Y mi voz ya no es mía
dentro del agua que no moja
dentro del aire de vidrio
dentro del fuego lívido que corta como el grito.
Y en el juego angustioso de un espejo frente a otro
cae mi voz
y mi voz que madura
y mi voz quemadura
y mi bosque madura
y mi voz quema dura
como el hielo de vidrio
como el grito de hielo
aquí en el caracol de la oreja
el latido de un mar en el que no sé nada
en el que no se nada
porque he dejado pies y brazos en la orilla
siento caer fuera de mí la red de mis nervios
mas huye todo como el pez que se da cuenta
hasta ciento en el pulso de mis sienes
muda telegrafía a la que nadie responde
porque el sueño y la muerte nada tienen ya que decirse.
XAVIER VILLAURRUTIA
7 Comentarios:
Ce mío, que estas letras parecen un reclamo a voz prestada... que prefiero leerte amelcochado, quizá con aquél mohín que me sugiere poesía de dos en dos...y remilgos...que la voz no se quiebre, ni el viento haga filos cristalinos...mejor azul el cielo que te invada...
Muchos besos, mios...
De los mejores de los universales.
Gracias por ponerlo.
Desde el DF
Desde ahora este poeta bordea mis pensamientos...
Un muy cálido salute Ce.
Ya entiendo...Mujer que madura...mujer Quemadura...un dulce Beso Ce...un beso mio.
A veces está la voz perfecta del poeta hablando por nosotros.
A veces no es que la muerte y los sueños no tengan nada que decisrse
(a veces sí), sólo sucede que no aprendimos, no nos enseñaron como dice otro poeta, a descifrar los alfabetos del silencio.
Letras latidos, empuñadura de sangre, ola que muere en las orillas. Versos que duelen. Y luego serán espuma.
Abrazo Ce.
No cabe duda mi Cielo que lees como escribes, con la misma mirada penetrante cargada de azul líquido.
Mira que tomar esa voz prestada me permite decir cosas sin decirlas.
Gracias por preferir ese dos a dos y esa melcocha.
Un beso mío también.
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Gabriela, es un gusto que pases por aquí y disfrutes, como yo, de las palabras de un poeta universal.
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Hola Vir, qué bien, sé que disfrutarás la presencia de Xavier Villaurrutia, que se quede buen tiempo contigo.
Yo te mando un saludo así de grande.
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Este poema era tuyo desde antes mi querida Laura, bien lo sabes, y ahora lo sabes bien, mujer que lanza flamas por la boca y con las palabras.
Te ofrezco este regalo.
Y muchos besos que son tuyos, pero no de los que me has mandado, sino de los que te obsequio cada día.
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Dónde te escondes Palabras que se pierden momentáneamente, de manera especial en finales.
Ya sé dónde estás.
Ya lo sé.
Un abrazo deseándote éxito.
El meláncolico Villaurrutia, siempre omnipresente, más alla de su muerte, mas allá del tiempo. Y que bien le queda a Guanajuato, con sus cuevas, callejones y paseos.
Un saludo desde la nave de otro viajero de las letras.
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