ESCRIBIR A MANO
Han pasado varias semanas desde que una amiga itinerante me sugirió algo que, en su momento, me causó sorpresa, y todo por culpa de un comentario que le hice en el sentido de la incapacidad que tenía para poder escribir.
-No puedo escribir ahora- le dije.
Concretamente me refería a no tener un espacio, ni siquiera unos minutos robados, debido, entre otras cosas, al trabajo que se me presentó, o se me presentaba al menos en los 8 años anteriores, durante los últimos meses que para mi significaban agosto y septiembre; pero como casi siempre ocurre cuando te comunicas por una ventana de la compu, en lo que te das cuenta ya el otro, tu compañero de diálogo, ha avanzado en la escritura y detenerlo significa esperar.
Ella me decía, ella me aconsejaba escribir en un cuaderno, hacerlo a mano, llevarlo a todos lados y ahí plasmar cualquier cosa que se me viniera a la mente, retazos de lo que fuera y después con calma hilvanar las ideas y hacer con lo escrito como uno de esos cobertores de las abuelas que se componen de una estampería llena de colorido, y claro, ya así completo “subirlo” para su lectura.
Cuando al fin pude decirle que no se trataba de eso, de lo que ella intuía como “falta de inspiración", cuando por fin le dije de qué se trataba el asunto, casi fue para despedirnos y desearnos como siempre suerte para coincidir en la red.
Pero a mi se me quedó en la cabeza su consejo, me estuvo rondando varios días, le daba vueltas y vueltas, no porque me haya parecido algo viable para hacer o que me hiciera falta, sino al contrario, me preguntaba cómo algunas personas pueden hacer eso: escribir fragmentos, ideas sueltas, pero sobre todo escribir a mano, es decir, con una pluma, un bolígrafo, a lápiz… yo que tengo años que sólo hago eso para estampar mi firma.
No recuerdo en qué momento, primero la máquina de escribir, y luego la computadora, se volvieron imprescindibles, me parece que fue hace 20 años, casi después de salir de la facultad de Letras, al entrar a trabajar a una revista, fue que dejé de hacerlo, me resultaba más práctico teclear, de hecho me resulta más sencillo.
Lo que escribo a mano, los garabatos que plasmo en una hoja, en esas raras ocasiones, tras quince minutos sólo un dios puede leerlo, o un grafólogo pero intuyendo lo que significa, así es y así ha sido desde siempre, y no puedo ni quiero cambiarlo.
Pero a qué viene todo esto, bueno, es el preámbulo para justificar mi largo silencio en este sitio que reconstruyo con palabras.
Esta ausencia inició por el trabajo y ha continuado por la misma causa, aunque de manera distinta, ahora tengo un par de meses engrosando esa larga estadística de desempleo en el país, que para hablar con la verdad en mi pueblo no lo es tanto.
Después de meterme de lleno en lo que he dado por llamar desde hace mucho la tarea alimenticia, luego de entregarme en ese ejercicio absorbente de la burocracia municipal por casi una década, incluso con el corazón, alguien llegó a concluir que mi presencia no entraba “en sus planes”, y bueno, de un día para el otro me encontré, no sólo sin trabajo sino también sin computadora.
En conseguir una se me fueron los primeros días y los segundos y los terceros, no es lo mismo trabajar con equipo prestado que en propio, en especial por el costo y la selección del mismo, y obvio, sin un salario.
Tras un mes de infructuosa búsqueda de una herramienta para escribir incluso llegué a valorar el consejo de hacerlo en una hoja, pero en verdad que estaba, estoy, más preocupado en lo otro, en el sustento, ya que ser el principal proveedor no te deja muchas opciones y los mecenas escasean en esta época, por fortuna existe una buena opción laboral en el 2007, empezando el año, ya veremos.
Opción que a su vez me abrió la oportunidad de viajar a California a visitar a la familia, ya que consideré que una vez enrolado difícilmente podría tomarme unos días, pues bien así lo hice y quiero decirles que recién regreso con muchas imágenes de ese territorio que en otro siglo fue de México y que no le falta mucho para serlo de nueva cuenta por la gran cantidad de mexicanos que ahí radican, y más si en ese numeroso grupo sumamos a los múltiples primos, sobrinos, tíos y hermanos que ahí viven.
Ya escribiré algún día mis crónicas de California, éstas últimas, y algunas otras, como cuando viví casi un año hace ya mucho tiempo, pero ahora sólo haré una pausa para respirar, para tomar aire, para contemplar no sin cierto orgullo esta compu en la que llevo días escribiendo un párrafo y luego otro.
Como éstos que recién termino.
Creo que he regresado.
9 Comentarios:
Es bueno escribir a mano, a veces es más práctico. Normalmente hecho mano de ello cuando tengo que viajar (que es a menudo)y luego es interesante ver cómo las ideas plasmadas en el papel pueden ampliarse, enriquecerse o bien, cambiar por completo.
Un saludo!
Yo también tengo pésima letra, pero de cuando en cuando escribo en un cuaderno que me ha acompañado los últimos seis años... Muchas de esas cosas son puros debrayes, cosas sin importancia, pero me ayudan en momentos que no tengo una compu a la mano o recibo un golpe de inspiración.
Me da mucho gusto que regrese y que el futuro inmediato se vea promisorio. Un saludo afectuoso! :D
te dejo un saludo y muy interesante tu blog:
un fuerte abrazo!!!
ANDELE!!!!!
Mi querido y pequeño Ce!
Ahora has vuelto!!!
y con computadora nueva;)
con ganas nuevas!
y sobre todo con impetú de contarnos todas aquellas aventuras que has pasado en California!!
Ahora sonrío...( aunque no lo creas ya puedo sonreír)
por que sobre todo...
tu presencia me alivia..
te quiero mucho!
testrañé:)
besos mios...
Pues mira Prox¡ me parece que para quienes nos gusta escribir, hacerlo de la forma que mejor nos acomode es lo importante, la idea es encontrar el espacio, el momento, y si no está tan a la mano, ir en su busca.
Ya ves, yo prefiero el teclado, pero si a ti te va bien con lápiz y papel, adelante.
También te envío un gran saludo.
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Me gustaría leer de ese cuaderno privado mi estimada Martrix, puedo jurar que existen cosas mucho muy interesantes.
Con lo que me escribes acabo de descubrir que también soy un vouyerista de las palabras.
Quién lo hubiera pensado¡¡¡¡
Otro igual de afectuoso para ti amiga.
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Gracias por el saludo tía k, que bien que te hayan gustado las ruinas, eres bienvenida.
Te dejo un abrazo decembrino.
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Mi querida blue Sky, ya ves, dicen que no hay mal que dure cien años, y acá estoy otra vez dando lata con varias cosas nuevas, hasta con sonrisa de fin de temporada, no tanto como la tuya que debe ser de estreno, pero ahí vamos.
Siempre te agradezco todo lo que me dices y de no ser por el friyito hasta me pondría colorado.
Muchos besos de este lado.
Creo que es una buena idea. Esos cuadernos son prácticos porque a menudo las mejores ideas vienen cuando menos práctico resulta encender la compu. Dos cuentos que me son muy queridos surgieron de retazos, como dices.
Saludos, Ce, qué bueno que andas de vuelta, se te extrañaba.
Eso de escribir a mano... es cultivar la paciencia.
Comienzas con las dos primeras palabras que se entienden bien y después tu mente quiere ir más rápido que tu mano formando bien una r o una d... y luego las os no se cierran y así... yo junto la t con la r, la ese sólo es un palito... ¡¡Ay no!!! Es un horror. Por eso prefiero la rapidez de mis dedos oprimiento una tecla y con la opción de borrar si no me gustó sin que quede "mancha" ¿y si no hay luz y no tiene no break y si no tiene una lap top con suficiente batería? ¿Y si te encuentras en el cerro?... te aseguro que, cual marquez de Sade te gustaría tener un lápiz y un papel :D
Bienvenido de vuelta, con o sin cuaderno!
Es bueno saberlo entre los vivos.
Un abrazo!
Pues sí Ale, pero yo los cuadernos que tengo los traigo siempre en la cabeza, aunque no dudo que buenas historias surjan en los momentos más inesperados como apuntas.
Yo por eso tengo la costumbre de cargar la máquina a todos lados, uno nunca sabe.
Gracias por pasar y por tus palabras.
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Es cierto amiga Sola, los dedos con la pluma no siempre son tan veloces como las teclas que se dejan aporrear más fácilmente y que cuando las fustigas y no "marcan" lo que deseas las vuelves a tundir hasta que las palabras fluyen, lo malo es las cosas malas que pueden ocurrir, eso de la luz fue de pánico, no te vayas a los extremos.
Un gran saludo.
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Ay Dharma, amiga itinerante siempre ocupadhiña, ya ves, entre los vivos portándonos bien siempre, sin cuaderno eso sí.
Yo también te doy un gran abrazo.
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